lunes, 23 de noviembre de 2009

Carta Nº 2


La Oración y la Palabra de Dios en el proceso vocacional.

Querido hermano, paz y bien en el Señor.
En esta ocasión tengo la posibilidad de dirigirme a usted hablarle de un tema muy importante en todo este proceso vocacional que estamos queriendo comenzar. Se trata de la Oración y la Palabra de Dios. Cada una de por sí, amerita un gran tratado, pero en esta ocasión no quiero hablarle de detalles de la oración y de la Palabra de Dios, sino de lo fundamental que significa tener experiencia de oración y de encontrarnos con el Señor por medio de su Palabra.
El Señor Jesús dijo a sus discípulos “no me han elegido ustedes a mí, sino que yo los he elegido a ustedes” (Jn 15, 16), con lo cual queda claro que la vocación no es una invención de los hombres, sino la mirada amorosa de Dios que busca a hombres y mujeres para enviarlos a predicar el Evangelio.
¿Cómo estar seguro de qué es lo que quiere Dios? ¿Cómo saber que no estoy equivocado? Estas y muchas otras dudas han pasado, están pasando y pasaran por tu mente, desde el momento en que has decidido hacer un proceso vocacional o en cualquier otra circunstancia en que has tenido que tomar una decisión importante. Las respuestas a este tipo de preguntas no se encuentran en el facebook, ni en la tele, ni en un diccionario. Tenemos que recurrir a un método un poco en desuso en estos tiempos, y se trata de la Oración. A través de la oración nosotros entramos en sintonía con nosotros mismos, buscamos recuerdos, emociones y sentimientos para comunicarnos con Dios como con un amigo. Pero ¿cómo saber que Dios me pide tal o cual cosa? ¿Cómo estoy seguro de que no soy yo, que me estoy formando todas estas ideas por capricho o por obstinación? Tampoco aquí las ideas vienen en cajas de cereales.
Para evitar que nos engañemos a nosotros mismos tenemos una gran herramienta. Se trata de la Palabra de Dios, y la podemos encontrar en la Biblia. Jesús nos dice “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6) solo en Él podemos encontrar la Verdad a nuestras inquietudes. La Palabra de Dios nos ayudara a hacer un buen discernimiento, y con la luz que nos ofrece podemos ver con mayor claridad los designios de Dios, sea lo que sea, nos guste o no.
La invitación es a que este proceso vocacional lo comencemos haciendo mucha oración para que nuestras decisiones no sean caprichosas y no sean egoístas, pero también les invito a que esa oración nazca desde la Palabra de Dios, para que tenga firmeza y sea perdurable, para que el alimento que recibimos de ahí no se lo lleve el tiempo o se desvanezca ante los comentarios y bromas de los amigos y familiares.
La Palabra de Dios es fundamental en este proceso porque no seguimos a cualquier persona, seguimos por el camino a Jesús, Palabra Eterna del Padre, que no ha revelado todo lo que debimos saber y que nos invita a si seguimiento. Pero esa palabra debemos ponerla en oración y en meditación para no caer en fundamentalismos absurdos, malinterpretando el mensaje de Dios.
Hermano, te invito a que dedique diariamente un momento a la oración, y a la lectura de la Palabra de Dios, de hecho ambas cosas son mejor cuando están juntas, cuando oramos la palabra y cuando iluminamos la oración con la Palabra.
Por ahora te dejo unas preguntas para que te muevan a la reflexión y para que profundices. Recuerda que debes devolver por correo eso que hayas respondido.
¿Cuánto tiempo dedicas a la oración y qué haces de ella?
¿Qué piensas de la Sagrada Escritura, que importancia le das en tu vida?
¿Qué cita bíblica te inspira más en este proceso vocacional? ¿Por qué?
Te dejo unas citas bíblicas para que las busques, las pongas en oración y las comentes junto con tus respuestas.
Lc 6, 12-13
Mt 6, 5-6
Mc 14, 22
Estas, citas, las que ya sea han propuesto en el texto y las que consideres que pueden ser importantes.

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